La instalación del visor Kinect es realmente sencilla, se conecta al USB trasero de la Xbox y casi se configura solo, el único problema es si tenemos la tarjeta inalámbrica conectada en ese USB, para eso Kinect incluye un prolongador para conectar la tarjeta a uno de los USB frontales.
Una vez configurado el dispositivo la experiencia de juego es agradable, eso de no usar mandos es algo interesante, la única pega que yo le encuentro de momento es que necesitamos como mínimo 1.8 m de salón para jugar, así que hay que ir moviendo muebles para hacer sitio, porque el espacio de juego debe ser amplio.
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