La mayoría de los usuarios de WhatsApp no han pagado nunca por el servicio, pese a que la compañía asegura que, después de un año de uso, hay que pasar por caja.
Pero con cada nueva actualización de la aplicación -algo que sucede a menudo-, el contador se pone a cero. ¿Por qué? Porque a WhatsApp le interesa que cada vez más y más gente utilice su servicio, y eso es más sencillo si lo regalan.
WhatsApp ha conseguido crear una necesidad -en muchos casos casi adictiva- en millones de personas a lo largo de todo el mundo, algo que todas las empresas buscan con sus servicios pero que muy pocas consiguen.
Pero, ¿de dónde saca el dinero para sobrevivir si no cobra nada? Sencillo: de fondos de inversión, compañías que toman el dinero de sus clientes y lo invierten en otras empresas cuyas expectativas de crecimiento son muy positivas.
Cuando esas empresas son vendidas o generan beneficios, los inversores se llevan la parte correspondiente a lo que hayan invertido.
Otra ventaja son los gastos en personal y sostenimiento de WhatsApp, que apenas existen. Si a esto se suma que el objetivo a medio y largo plazo es su venta, la ecuación se despeja.
"WhatsApp es un verdadero caramelo para los fondos de inversión, porque se ha convertido en una necesidad para las personas. Cada vez que se cae el servicio se convierte en Trending Topic en Twitter. Es una empresa con muy pocos gastos y un potencial de venta muy grande. Cualquier operador del mundo querría comprarla, porque se llevaría a millones de clientes a los que podría insertar, por ejemplo, publicidad. ¿Su precio? 300, 500, 1.000 millones de dólares... En cualquier caso, sería una cantidad exagerada respecto a lo que ha costado montar y mantener WhatsApp", dice Pau Garcia-Milà i Puyol, director de Eye Os.
Un argumento con el que coincide Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en IE Business School: "Han creado una base de usuarios que tiene la necesidad de utilizar el programa. Es cierto que tienen aspectos no demasiado cuidados, como las reiteradas caídas del sistema o la seguridad en las comunicaciones, pero han conseguido que todos necesiten WhatsApp", manifiesta Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en IE Business School.
El analista independiente Jaime García Cantero incide también en este apartado: "Hay gente que no puede vivir sin el programa, lo que hace que el valor de la compañía crezca como la espuma, con la ventaja de que los costes de mantenimiento son muy bajos".
Así que la cosa parece clara. Un negocio con poca inversión en mantenimiento, una legión de empresas que desean financiarla porque a futuro saben que recuperarán, con creces, su dinero, y millones de usuarios que beben los vientos por el servicio.
Nadie da duros a pesetas, claro que no. Nadie.
Fuente:
http://noticias.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/por-que-whatsapp-es-gratis_5NXtFby3EQZ59VhOw2raQ5/
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